La eólica marina permite a los países aprovechar al máximo el abundante recurso eólico al tiempo que revitaliza las comunidades costeras y sitúa la producción de energía cerca de los centros de consumo.
La energía eólica marina – tanto la fija como la flotante – puede desplegarse a escala y con relativa rapidez en comparación con otras instalaciones de producción de energía a gran escala, y ha sido ampliamente reconocida como la clave para permitir trayectorias de descarbonización que cumplan con el Acuerdo de París.
La tecnología eólica marina fija, en la que el aerogenerador está montado sobre una estructura hincada en el lecho marino, ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década debido al despliegue a gran escala, las mejoras tecnológicas, la construcción de infraestructuras y la movilización de la cadena de suministro.
Aunque la tecnología eólica marina fija es madura y ampliamente probada, hay muchas regiones en el mundo que tienen un potencial limitado para desplegar esta tecnología debido a las restricciones geográficas. Este obstáculo tecnológico presenta una gran oportunidad para el uso de la tecnología eólica marina flotante, que permite el acceso a los recursos eólicos en aguas profundas y desbloquea el potencial de una transición energética mundial.
La energía eólica marina flotante tiene el potencial de habilitar nuevos emplazamientos en aguas profundas que con la tecnología fija serían inaccesibles. Los aerogeneradores flotantes se montan encima de subestructuras flotantes ancladas al fondo marino mediante un sistema de anclaje. Esta tecnología está ganando rápidamente impulso en todo el mundo como principal motor de crecimiento de la industria eólica marina y tiene numerosas ventajas que la hacen crucial para lograr la descarbonización del sector energético mundial.
La viabilidad técnica de la tecnología eólica flotante, que hasta hace poco se limitaba a unos pocos prototipos a escala real y proyectos piloto a pequeña escala, se considerada ahora probada, como evidencian los proyectos comerciales a gran escala (varios cientos de MW) que están actualmente en desarrollo en diferentes países del mundo.
El coste actual de la eólica flotante es comparable al de la eólica marina fija de hace 5-7 años. Los avances tecnológicos y el descenso de los costes seguirán reduciendo la brecha, ya que esta tecnología emergente abre todo el potencial de los recursos energéticos del mundo al permitir el acceso a lugares del mar que antes no se podían explotar. Esto, unido a la ampliación de los objetivos de descarbonización y al mayor interés inversor en este sector, abrirá la puerta a un abanico de posibilidades de desarrollo hasta ahora inexplorado.